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Testimonios: Demo de Aplicaciones en General Madariaga

“De acá a menos de veinte años, el mundo tendrá tres mil millones de habitantes más, a los que habrá que alimentar utilizando la misma superficie agrícola que existe en la actualidad. Ese aumento de la productividad agrícola sólo se logrará en base a la eficiencia y a la sustentabilidad ambiental, a través de buenas prácticas.”

El diagnóstico, que pertenece a Gustavo Muznik, secretario de la Producción del Municipio de General Madariaga, abre las puertas para comprender el porqué de experiencias como la que tuvo lugar el 17 de mayo pasado, cuando más de 340 personas –entre ellas, casi dos centenares de estudiantes de escuelas técnicas, agrotécnicas y normales- participaron de la exitosa 24° Jornada Demostrativa de Aplicaciones de productos fitosanitarios en la región.

Iniciativas de este tipo, organizadas por CASAFE, el Ministerio de Agroindustria de la Nación, el Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, el municipio local y organismos vinculados a la producción –en este caso, la Asociación de Ingenieros Agrónomos y Forestales del Tuyú y Aapresid– aportan luz a la polémica discusión sobre la aplicación aérea y terrestre de agroquímicos. Sobre todo, porque estas demostraciones sirven para derrumbar mitos: “La consigna que nos dejó esta jornada es que el sector agrícola no envenena a la humanidad, sino que haciendo las cosas bien y de un modo sustentable, puede alimentar al mundo en forma segura”, cuenta Muznik.

Además de General Madariaga, hubo asistentes de otros municipios, como Mar Chiquita, Necochea, Mar del Plata, Maipú y Ayacucho. Confrontar a estudiantes, docentes, personal médico y sanitario, concejales y autoridades con la realidad de las buenas prácticas agrícolas y con aplicaciones seguras, que se producen y monitorean a partir de protocolos estrictos, causó gran sorpresa y brindó certezas acerca de la sustentabilidad de las aplicaciones.

Gabriel Sandín preside la asociación de ingenieros agrónomos local y es socio de la regional Mar del Plata de Aapresid. Participó activamente de la organización de la jornada demostrativa en Madariaga y fue nexo entre CASAFE, el gobierno y las escuelas. Cuenta los motivos que empujaron a la demostración: “Esto arranca desde nuestra permanente preocupación por comunicar a la comunidad lo que hacemos en el campo, porque hay cuestionamientos mundiales hacia la tecnología que utilizamos y que motivaron conflictos en muchas localidades. Si bien algunas pudieron resolverlos de buena manera, en otras aún subsisten por el desconocimiento que hay sobre el tema. El esfuerzo apunta a brindar información real a la comunidad”.

La idea central de las jornadas demostrativas es poner en relieve la eficiencia y sustentabilidad de la tecnología disponible para cultivos. “Explicamos cuáles son las buenas prácticas agrícolas (BPA), porque se usan los agroquímicos, como se aplican, cuál es el umbral de daño, detallamos las distintas técnicas de aplicación aéreas y terrestres, los cuidados personales que deben tomar los aplicadores y todos los temas relativos a la preservación de la salud”, detalla el agrónomo.

“Incluso una toxicóloga -aporta Muznik, del municipio- brindó mucha información valiosa y reveladora sobre todo lo relativo al tema. La apuesta era llegar con respuestas certeras a la gente.”

La jornada se realizó en un campo lindero a la Escuela Agraria de Madariaga, a su vez contigua al aeroclub local. En las instalaciones del establecimiento –que tiene 320 alumnos- se realizó primero una serie de charlas teóricas, en la cual los asistentes recibieron capacitación de parte de profesionales respaldados por información certera y científica, sobre un tema que es tan sensible para todas las comunidades, sobre todo en el interior del país: las aplicaciones de productos fitosanitarios, tanto aéreas como terrestres.

“Nos pareció muy interesante que participaran los chicos, que son el futuro, sobre las prácticas y conductas que deben tener con los agroquímicos. Por eso también asistieron otras escuelas, educadores, directivos, aplicadores, dueños de empresas y, productores”, enumera el secretario Muznik. Se entusiasma: “Fue una jornada muy concurrida, ya que gracias al compromiso de la inspectora distrital Alejandra Benítez, vinieron varios colegios de localidades vecinas como Ayacucho y Dolores, entre otras. El espíritu de estas jornadas es que el tema se instale en el seno de las familias a través de los chicos en edad educativa”, explica.

“Lo primero que entienden nuestros estudiantes es que las aplicaciones de productos fitosanitarios es un tema sensible para todos”, comparte la directora de la Escuela Agraria de General Madariaga, Graciela Fernández. “Nuestros alumnos de los cursos superiores son conscientes de lo delicado que es hablar de esto para productores, para ciudadanos comunes y para las ciudades cercanas. Pero están preparados y manejan el concepto de buenas prácticas agrícolas, los mitos existentes sobre las aplicaciones, los distintos niveles de toxicidad, lo que se debe o no hacer en el campo, hasta qué punto, y cualquier conducta vinculada a las prácticas sustentables”, detalla.

Según la educadora, el futuro de la agricultura local en manos de las nuevas generaciones es prometedor. “La escuela está pegada al aeroclub, y los alumnos de séptimo año, que preparan sus tecnicaturas, conocen muy bien a los aplicadores. Aunque Madariaga es ganadera, presta servicios a la agricultura y por eso los chicos cuentan con un conocimiento previo sobre el tema.”

Para González, la jornada fue una experiencia muy agradable. “Los estudiantes de la escuela agraria observaron las practicas, fueron veedores o jueces de las aplicaciones y midieron la deriva con las tarjetas hidrosensibles. La experiencia fue aun más impactante para los alumnos de otras escuelas que están inmersas en zonas menos agrícolas, como las de Dolores o de Chascomús.”

Suma el ingeniero Sandín: “Se notaba mucho entusiasmo en los chicos al ver pasar las máquinas, tanto aviones como terrestres, y apreciar cómo trabajaban en vivo mientras alguien explicaba el proceso.”

De hecho, los resultados de las aplicaciones no pudieron ser mejores. En una jornada espléndida y primaveral -20 grados centígrados, humedad relativa del 45 por ciento y vientos leves de 8 km/h promedio, con ráfagas de hasta 15 km/h- las aplicaciones arrojaron una deriva aérea de apenas 40 metros y una terrestre inexistente, de 0 (cero) metro. Prueba de que no hay de qué preocuparse, cuando hay buenas prácticas agrícolas de por medio.

Según el representante local de Aapresid, los asistentes se sorprendían frente a estos resultados, por el desconocimiento absoluto que tenían sobre el tema. “Les sorprende la tecnología y el conocimiento que maneja el agro”, argumenta. “Lo que más preocupa a la gente, sin dudas, es la cuestión salud y la peligrosidad potencial de los productos. Por eso se sorprenden al enterarse que elementos de uso cotidiano como la lavandina o los insecticidas hogareños son más peligrosos que los fitosanitarios que utilizamos en el campo”.

El secretario de la producción de General Madariaga explica, por su parte, que el municipio viene trabajando en forma consistente en los últimos años en la tarea de concientización sobre BPA y en la difusión de la información a la comunidad, las instituciones y los legisladores locales. “Articulamos una serie de actividades para que la ordenanza regulatoria de las aplicaciones, con sus exigencias, áreas de aplicación, etcétera, que esperamos aprobar este año, sea la mejor posible y en línea con la legislación existente a nivel provincial y nacional”, explica Muznik.

Entre otras acciones, la comuna de Madariaga ya avanzó con capacitaciones a los aplicadores –con una empresa privada diseñaron el protocolo para controlar la plaga de cotorra- y espera seguir con el asesoramiento técnico para garantizar la aplicación de BPA. En el cual, desde luego, CASAFE seguirá cumpliendo un rol protagónico.