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El cuidado del monte frutal es complejo. Numerosas plagas lo afectan, generando pérdidas en el rendimiento y en la calidad de los frutos cosechados. Por eso es indispensable conocer las diferentes adversidades que puede afrontar -además de la forma de detectarlas y controlarlas- si queremos preservarlo.

En el caso de los cítricos, es fácil confundir ciertos síntomas causados por estrés – en especial aquellos que derivan de malos manejos culturales o de condiciones ambientales muy específicas-, con los síntomas que suelen causar las plagas. En primer lugar, para un correcto cuidado, es indispensable realizar podas frecuentes, eliminando la madera u hojas enfermas. La poda permite a la planta crecer más vigorosamente. Se recomienda realizarla durante el invierno, cuando el crecimiento del monte aún no ha comenzado y no hay indicios de floración ni brotación de nuevas hojas.

Es importante que se utilicen herramientas limpias ya que, de lo contrario, estas podrían ser agente de transmisión de diversas enfermedades. En ocasiones, los cítricos también sufren deficiencias de micronutrientes como zinc o hierro, por lo cual es importante contar con la ayuda de un profesional que nos aconseje qué hacer al respecto.

En cuanto a las plagas que afectan a los cítricos, los trips y ácaros destruyen las capas superiores del tejido celular de las hojas y frutos, y pueden también destruir el tejido en formación. Los ácaros de las yemas, particularmente, distorsionan las yemas en formación, lo que puede resultar en la reducción de producción de flores y frutos.

Otra plaga de importante incidencia es el minador de las hojas y el minador de la cáscara. Los nuevos brotes, generados durante la primavera, atraen a las palomillas del minador adulto, que deposita en ellos sus huevos. Al eclosionar la larva comienza a alimentarse de las hojas tiernas y genera en ellas una marca característica, que identifica las partes de las cuales se alimentó. Por su parte, el minador de la cáscara genera un daño similar, pero focalizado en los tallos y frutos.

Por otro lado, áfidos, cochinillas y moscas blancas extraen la savia de las hojas y secretan melaza. Ésta produce, en forma indirecta, la “fumagina” (manchas oscuras en las hojas), que disminuye el área fotosintética, capaz de captar la luz que da energía a la planta. A su vez, esta melaza también estimula la aparición de hormigas, que pueden alimentarse de los brotes y hojas. Manifestaciones severas de estas plagas pueden llegar a causar la caída de hojas y reducir el vigor de la planta.

Las plagas no sólo generan daños directos. En muchos casos, algunos insectos son vectores de enfermedades dañinas como el “Huanglongbing”, también conocida como HLB o Enverdecimiento de los cítricos. Generada por una bacteria, el HLB destruye la producción, apariencia y valor económico de los árboles de cítricos, además del sabor de la fruta y su jugo. Es una de las enfermedades más destructivas en el mundo: Una vez que un árbol está infectado, no existe más cura que su propia erradicación.

Los árboles enfermos producen frutos amargos, con deformidades y, con el tiempo, se resecan y mueren. La forma de propagación del HLB es a través de un áfido, conocido como psílido asiático (Diaphorina citri). Al alimentarse de una planta infectada, se convierte en vector de la enfermedad y la portará a lo largo de toda su vida, infectando así nuevos árboles.

Por ello, es indispensable conocer la biología de esta plaga y monitorear periódicamente los árboles en busca de la misma. Todo tipo de árboles cítricos, inclusive los de naranja, limón, mandarina, limón kumquat o naranjita china y plantas de variedades similares a los cítricos, pueden infectarse con el HLB.

En Argentina si bien la incidencia de la enfermedad es muy baja, sí se ha detectado el insecto vector, por lo cual es importante conocerlo en detalle y controlarlo.
Los graves perjuicios que podría generar este tipo de plagas solo pueden combatirse mediante la prevención y el monitoreo, el cual debe ser más fuerte durante los meses de primavera, verano y otoño.

En materia de control de plagas en cítricos, citamos tres épocas fundamentales:
– Durante la floración, detectamos pulgones y trips. Debemos estar atentos a los períodos de brotación, ya que el psílido asiático genera la oviposición de sus huevos en los brotes tiernos.
– De noviembre a diciembre, detectamos minador, cochinillas y ácaros.
– En febrero y marzo, repetimos esta última operación.

El monitoreo nos permitirá conocer la incidencia de las plagas que se encuentran en nuestro monte frutal. Los insecticidas nos ayudan a controlar todo tipo de plagas y colaboran en la prevención de este tipo de enfermedades tan dañinas, como el HLB. Sin embargo, su uso debe estar asociado a una actitud responsable: debemos conocer las precauciones a tomar al momento de manipular productos fitosanitarios, y leer atentamente la etiqueta, a fin de informarnos acerca de la forma correcta de aplicación, dosis y momentos de aplicación.

Conocer las plagas que afectan a nuestros cultivos nos permitirá poseer mayores recursos al momento de decidir qué control realizar. Los productos fitosanitarios constituyen una herramienta eficaz y segura, siempre y cuando se utilicen de manera responsable, de acuerdo a las indicaciones de la etiqueta, y conforme lo establecen las buenas prácticas agrícolas.