La comunicación al servicio de la sustentabilidad
Ing. Sergio Rodríguez, Presidente de CASAFE.

El gran avance de la producción agropecuaria argentina registrado en los últimos veinte años se basó, fundamentalmente, en la incorporación de tecnologías que brindaron mayor eficiencia al uso de la tierra.
Ante la finitud de este recurso, el suelo, la respuesta a la necesidad de seguir aumentando la producción para satisfacer la creciente demanda global de alimentos, es el incremento de la productividad.
Con ese fin, el aporte de las empresas en el desarrollo de materiales que permitan esa mejora es, lógicamente, sustancial. Pero el avance de la productividad, conlleva al desafío de minimizar el impacto que las labores agropecuarias pudieran producir en su entorno.

En ese sentido, desde CASAFE, se llevan adelante distintos programas y acciones que apuntan al desarrollo sustentable de la actividad agropecuaria.

Sin embargo, para que éstas logren sus objetivos, es indispensable el compromiso de todos los actores de la cadena de producción agroindustrial.
En los diez años de funcionamiento del programa Agrolimpio, observamos que, a la par de la adopción de tecnologías para la producción y el cuidado de los cultivos, se va incorporando una conducta de mayor cuidado del medio ambiente.
Una prueba de este interés del productor más allá de su tranquera, es el nuevo récord en el retiro de envases de fitosanitarios registrado en 2012, marcando el décimo año consecutivo de crecimiento.
A su vez, estamos convencidos de que la adopción de esta tecnología de procesos, que implica el compromiso de autoridades, empresarios y productores, no sería posible sin la capacitación y la comunicación, pilares de la eficiencia.
Por este motivo, en 2013 continuaremos el proceso de renovación de nuestras herramientas de comunicación, con el objetivo de que la sinergia entre los distintos eslabones de la cadena de producción cuente con un canal de comunicación de ida y vuelta que se posicione como portavoz de las inquietudes de todos sus integrantes.

Así, nuestro renovado Newsletter, no sólo será una vía para acercarles las novedades de los programas y acciones que llevamos adelante, sino que transmitirá las experiencias y los consejos de productores y técnicos para favorecer la aplicación de tecnologías que impulsan la producción argentina, cuidando el entorno en donde se desarrollan.
Del mismo modo, buscamos que este canal sirva para que productores y profesionales puedan acercar sus inquietudes, logrando así la sinergia necesaria para apuntalar el crecimiento de las actividades agropecuarias.
Hoy, la industria fitosanitaria brinda los insumos necesarios para la siembra de 35 millones de hectáreas y atender a las 50 millones de cabezas de ganado bovino con las que cuenta nuestro país.
En ese contexto, desde CASAFE pensamos que de la mano de las buenas prácticas agrícolas, con una biotecnología moderna y un marco regulatorio adecuado, la cadena agroalimentaria continuará siendo un actor de peso en la contribución al crecimiento del país.

 

 
Las manos a los pastos

En la época de renovación de pasturas, siempre es conveniente repasar algunos puntos básicos para que la inversión rinda. El conocimiento del lote, la clave del éxito.

“A la hora de sembrar pasturas o verdeos, lo fundamental es conocer el potrero donde se va a trabajar. A partir de ahí se podrá definir el tipo de cultivo a implantar, la cantidad de fertilizantes y los herbicidas e insecticidas a aplicar, además del ajuste de la sembradora”, explicó el Ing. Agr. Federico Elorza, Coordinador Técnico de Casafe.
Teniendo en cuenta el destino del lote, sus características y la actividad del establecimiento, se podrá elegir entre una pastura base alfalfa, festuca o agropiro, entre otras. Por ejemplo, en la zona de bajos no es conveniente sembrar una alfalfa porque no aguantaría el anegamiento. Además, si se trata de un bajo salino, un cultivo como el agropiro resistiría mejor los niveles de salinidad del suelo. Por otra parte, la actividad a desarrollar marcará el grado de inversión. “Un tambo podría inclinarse por la alfalfa o alguna festuca premium que le permita una conversión a leche suficientemente buena como para lograr un buen resultado económico”, subrayó Elorza.
El siguiente paso es la compra de semillas. “Algo que está creciendo en el mercado es el pelletizado de semillas forrajeras; una técnica que consiste en aplicar una capa que cubre completamente a la semilla y hace que ésta cambie de forma y peso, haciéndolas más uniformes y logrando así mejorar su manejo y la mezcla con insecticidas y fungicidas”, detalló el especialista.

La semilla pelletizada es un producto con valor agregado que permite la siembra de la cantidad necesaria, sin excesos ni faltantes, de manera uniforme, y con el agregado de curasemillas específicos o inoculantes.

De dónde venimos

En las rotaciones agrícolo-ganaderas, otro factor de importancia son los rastrojos que deja el cultivo antecesor. Por ejemplo, el trigo o la cebada aportan una gran cantidad a diferencia del girasol cuyos residuos son menores.
Hay que tener presente que por ser semillas muy chicas, que les cuesta emerger, las forrajeras se colocan a escasa profundidad: no más de 3 cm. de la superficie. Por este motivo, en el caso de que haya un alto volumen de rastrojo se debe preparar la sembradora con un disco acanalado, que hará una remoción de tierra suficiente como para depositar la semilla lo más arriba posible. Pero conocer el lote implica también saber cuál es su composición química. Para ello, se debe realizar un análisis del suelo, primer paso para evaluar la cantidad de fertilizante a aplicar para evitar el déficit nutricional.
Una vez conseguido el dato de lo que aportará el suelo, hay que tener en cuenta con qué cultivo se trabajará. “Una pastura base alfalfa tiene una necesidad de fósforo mucho mayor que una base agropiro ya que este nutriente es fundamental para que se produzca la nodulación”, cita Elorza a modo de ejemplo.
A su vez, hay que cuidar que el fertilizante, en general fosfatado, no entre en contacto con la semilla debido a que cuando éste se va degradando produce un efecto tóxico y la simiente termina perdiendo su poder germinativo.

Sin competencia

Las malezas son un tema de central atención, ya que pueden complicar las labores desde el principio. Para eliminarlas hay que realizar un barbecho químico, que limpie completamente el suelo. “Se puede utilizar Glifosato y 2,4D como preemergentes y 2,4DB, Bromoxinil, MCPA y/o Flumetsulan como posemergentes. Siendo éstos selectivos para las especies forrajeras de interés, su uso varía según las malezas que estén afectando a la pastura”, detalló Elorza.

Es que la tarea no termina a la hora de la implantación. “Hay que lograr que el suelo esté libre de malezas entre 30 y 100 días después de la siembra, porque es el período de mayor tasa de crecimiento de las pasturas.

Las malezas pueden afectar el desarrollo del cultivo y si se arranca mal es probable que dure menos de los cuatro años estipulados para su aprovechamiento”, aseveró el técnico de CASAFE.
Con respecto a los insecticidas, las mayores precauciones apuntan a la presencia de pulgones y orugas defoliadoras o cortadoras. Para evitarlas, se deben hacer controles químicos aplicando insecticidas residuales en preemergencia. A su vez, cuando el cultivo emerge, hay que hacer recorridas para controlar la presencia de orugas o pulgones, tomando la decisión de aplicar en función de los Umbrales de Daño Económico (UDE) establecidos para la plaga y el cultivo.
Los pulgones son comunes en alfalfas y festucas y generan mucho daño ya que detienen el crecimiento de la pastura lo que significará entrar al invierno con plantas chicas. Para controlarlos, una buena herramienta es la aplicación durante la posemergencia de productos como dimetoato, Clorpirifos, Imidacloprid o fenitrotion.
A la hora de realizar estas labores, siempre hay que tener en cuenta el impacto de los fitosanitarios en el ambiente. Por ese motivo, desde CASAFE se promueven las buenas prácticas agrícolas, con el fin de evitar el contacto de los productos con el operador y las poblaciones rurales, y los UDE.
En síntesis, hacer el análisis de suelo, comprar una semilla de calidad y prepararla adecuadamente, así como el respeto por las buenas prácticas agrícolas, es un conjunto de herramientas que permitirá un buen resultado a la hora de sembrar pasturas.

 
 
Cuidar al entorno para llegar lejos

La buena gestión de los envases vacíos de productos fitosanitarios le permitió a productores de San Juan mejorar su acceso a la exportación. Un avance con baja inversión.

“El tratamiento de los envases vacíos de fitosanitarios nos permitió acceder con mayor facilidad a las certificaciones necesarias para poder exportar nuestros productos. Además, las fincas se encuentran más limpias y ordenadas”, aseguró Andrés Fada, productor de uva de mesa de Caucete, San Juan.
En 2011, Fada se sumó al Sistema de Gestión de envases vacíos implementado por la Dirección de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos, de la Secretaría de Agricultura de la provincia, y el programa Agrolimpio de CASAFE.


“No tuvimos que hacer grandes cambios ni inversiones, fue de fácil aplicación. Al lado del galpón tenemos una pileta donde se lavan los envases”, relató el pequeño productor, quien asignó la tarea de limpieza a algunos de sus empleados, previamente capacitados por los funcionarios provinciales.
El triple lavado es una técnica muy sencilla. Se realiza agregando ¼ de agua al envase de fitosanitario para, luego de agitar en todas las direcciones, verter el agua en el tanque de la pulverizadora. La práctica se lleva a cabo tres veces seguidas y se perfora el recipiente para evitar que sea reutilizado.
“El secreto para que el producto químico se desprenda fácilmente y que la tarea sea efectiva es realizarla inmediatamente después de vaciar el contenido del envase”, aseguró Fada, destacando la simpleza de la técnica.
El productor subrayó que para su implementación no tuvo que “incurrir en gastos extra, salvo llevar los envases hasta la planta de acopio, a unos 80 km de la finca, en el departamento de Rivadavia”.
El requisito para que los envases sean recibidos en este Centro de Acopio Transitorio es que se encuentren limpios, secos y perforados en el fondo.

También se exige retirar la etiqueta y llevar las tapas por separado, también limpias. Luego, los recipientes son enviados a una planta de reciclaje de plástico en Pocito.
Fada recordó que un par de años atrás “muchos productores de la zona, comenzaron a averiguar sobre el reciclado de envases por la necesidad de tener el recibo que es requerido para la certificación de normas de calidad para exportar”. Justamente, una condición infranqueable para acceder al aval es el adecuado tratamiento de los envases de productos fitosanitarios.
Pero el cambio no sólo le trajo beneficios al negocio, sino que repercutió en el funcionamiento de la firma y una mayor protección al entorno de la finca. “Años atrás no se sabía qué hacer con los envases. No se lavaban, se quemaban o enterraban; incluso se usaban para el gasoil o los pedían los trabajadores para usarlos en lo que ellos veían conveniente. Los envases quedaban desparramados o acumulados en el galpón. Teníamos muchísimos”, rememora Fada.
“Se necesitaba hacer algo, es un verdadero riesgo para los niños que haya envases tirados o que los trabajadores los usen en sus casas. Saber que hay un avance es una buena noticia para todos los productores”, concluyó.

 
Agrolimpio: crece la gestión responsable
de los envases
Renovando compromisos en Expoagro 2013
   
   

A través del programa Agrolimpio, en 2012 se retiraron de circulación 3.775 toneladas de envases vacíos de productos fitosanitarios. La cifra marca un incremento del 22% con respecto el volumen alcanzado en 2011 y representa el 34% del material factible a recolectar.
“Sin dudas, es un número de relevancia”, estimó el Ing. Ernesto Sato, responsable de Agrolimpio a nivel nacional, quien también destacó la gestión del programa y sus particularidades en cada distrito.
Agrolimpio establece pautas voluntarias de conducta para todas las entidades públicas y privadas que participan en la distribución y el uso de productos fitosanitarios, para colaborar en su gestión responsable. Esto se logra recolectando los envases vacíos con el triple lavado o el lavado a presión realizado de acuerdo a la NORMA IRAM 12069 y perforados para su posterior reciclado.
Hoy Agrolimpio realiza la recolección de envases en 12 provincias y, según el distrito, se trabaja en base a acuerdos con gobiernos provinciales, municipios o entidades privadas.
En Córdoba, Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan y Corrientes hay convenios con las autoridades provinciales pero en otros distritos se firman con municipalidades o entes privados. “Incluso hay veces en que se realiza la difusión del programa aún sin haber convenios con las autoridades provinciales o locales”, contó Sato. Este es el caso de Santa Fe, donde CASAFE dio una serie de charlas y presentaciones en 2012, sin que exista un convenio formal con las autoridades locales.
Como cada distrito tiene sus propias características, que van desde los esquemas productivos hasta la infraestructura, Agrolimpio se adapta a las necesidades de cada territorio. “Hay provincias, como Río Negro y Neuquén, donde se hacen dos campañas de recolección por año. En estos casos se realizan acciones de publicidad, y el productor lleva los envases vacíos y lavados a los centros de acopio habilitados”, detalló Sato.
En cambio, en Córdoba, los centros de acopio funcionan todo el año debido a que los volúmenes de recipientes factibles a recuperar son mayores. “Es decir, cada provincia tiene un programa hecho a medida y a sus necesidades”, sintetizó el especialista.
En tanto, la tarea de Agrolimpio va más allá de la recuperación del producto y avanza sobre el reciclaje de los mismos. Con ese fin trabaja con empresas habilitadas por la Nación o las provincias, que recolectan los envases en determinadas zonas geográficas y elaboran artículos útiles para la sociedad en una forma ambientalmente segura y sustentable.
Así, con la materia prima se pueden fabricar postes, desagüe, guardaganados, conos de rutas, adoquines plásticos, cajas de baterías o reducidores de velocidad, entre otros productos.
“Una vez que los envases son recolectados, lavados, perforados e inutilizados, se reprocesan y se destinan a artículos útiles que no ofrezcan peligro a la población. Desde Agrolimpio garantizamos la trazabilidad y el destino de los materiales”, concluyó Sato.

Durante la última edición de Expoagro, CASAFE y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) renovaron su acuerdo para la capacitación de productores de todo el país en los conceptos de Buenas Prácticas Agrícolas.
El programa apunta a la instrucción de los participantes en las pautas necesarias para que el uso de los agroquímicos resulte en una maximización de sus beneficios y una minimización de sus riesgos.
En ese marco, busca concientizarlos en los programas Depósito OK, para el acopio de productos, y Agrolimpio, sobre el manejo de la disposición final de los envases de agroquímicos.
La iniciativa, que desde 2010 ya capacitó a más de 4.850 productores a través de 38 charlas, ofrece conocimientos básicos de química, mecanismo de acción, toxicología, ecotoxicología y aspectos legales y regulatorios en el país y en el mundo de los agroquímicos.
La rúbrica del acuerdo 2013 se realizó el martes 5 de marzo en el auditorio de BASF y estuvo a cargo del presidente de CRA, Rubén Ferrero y el titular de CASAFE, Sergio Rodríguez.
Además, durante la muestra (del 5 al 8 de marzo en Braradero, Buenos Aires), CASAFE brindó charlas informativos y de capacitación sobre el programa Agrolimpio. Las exposiciones estuvieron a cargo del Ing. Agr. Víctor Vecchi, Coordinador de Agrolimpio para la zona de Buenos Aires y NEA.

   
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