Casafe suma desafíos para crear conciencia sobre las BPA

Por Jorge Parizzia, Presidente de CASAFE

A medida que avanza 2015 crecen los desafíos para el sector agropecuario, y CASAFE se moviliza, local e internacionalmente, para estar a la altura de las circunstancias. Bajo el lema “América Latina, Alimentos para el Mundo” se desarrolló el VIII Foro Internacional de CropLife en Chile y la Cámara estuvo presente para compartir experiencias entre referentes de Latinoamérica.

La unión hace al conocimiento y en eso venimos trabajando hace bastante. En Chile, debatimos  sobre los retos que hoy enfrenta la agricultura frente al cambio climático, la sostenibilidad agrícola e intercambiamos situaciones locales de diferentes países, tal como la problemática de los envases.  En este tipo de foros consolidamos fuertes sinergias entre pares privados que hacen más fructífera nuestra labor diaria y desde donde podemos aprender mucho.

Creyendo en el potencial del equilibrio, también creemos muy provechosa la sinergia público-privada.
Para ello, CASAFE  viene trabajando junto al Ministerio de Agricultura de la Nación en Jornadas a Campo para concientizar a productores y ciudadanos sobre la seguridad de los productos cuando se aplican correctamente. Dentro de las acciones realizadas en 2014, integramos una Red de Buenas Prácticas Agrícolas junto con otras asociaciones referentes y entidades públicas como el INTA, el SENASA y el MINAGRI. Esta Red brinda un espacio donde gran parte de la cadena agroindustrial, junto con las instituciones públicas, trabajan por las Buenas Prácticas Agrícolas.

CASAFE continúa con las capacitaciones en Buenas Prácticas Agrícolas, que ya alcanzó a 1500 personas.

Por otro lado, seguimos apostando al programa Agrolimpio y, por eso, hemos firmado un convenio con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) para la construcción de Centros de Acopio Transitorios. En este acuerdo, se trabaja también la gestión de envases vacíos de productos fitosanitarios de plástico rígido, en la provincia de Buenos Aires y se prevé que se estarán sumando otras provincias en el futuro.

CASAFE continúa trabajando día a día, junto a entes públicos y privados para aportar conocimiento y contribuir a difundir las Buenas Prácticas Agrícolas con la activa participación de organismos nacionales, provinciales, municipales y la sociedad civil en pos de una agricultura, sana, limpia y sustentable.   

 

Se lanzó la Red de Buenas Prácticas Agropecuarias



El pasado 5 de mayo, se presentó la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, mediante un evento en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Participaron las treinta entidades que conforman la Red, entre las cuales se encuentra CASAFE, junto con otras instituciones públicas y privadas, que trabajan en conjunto para la generación de conciencia sobre las BPA

La apertura del acto de lanzamiento estuvo a cargo del Lic. Ramiro Costa, Gerente de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, quien agradeció la participación y la sinergia de los organismos públicos y entidades privadas que se sumaron a esta iniciativa que apunta a generar conciencia en la sociedad y entre los productores sobre las BPA.

La Red de Buenas Prácticas Agrícolas, tiene por objetivo afianzar el diálogo interinstitucional entre las principales entidades públicas y privadas de Argentina para desarrollar diversas actividades vinculadas a las BPA.

Para los integrantes de la Red, las BPA son un instrumento estratégico para atender los desafíos que el crecimiento cuantitativo y cualitativo impone en función de la demanda local y mundial de los productos de la agroindustria, que implican la integración, la calidad, la inocuidad y sustentabilidad de la producción agroindustrial.

En su experiencia, Federico Landgraf, Director Ejecutivo de CASAFE, reflexiona como miembro de la Red “la Red une a todas las entidades referentes del sector, públicas y privadas, para un fin fundamental: promover y cooperar con las buenas prácticas agrícolas. Desde CASAFE, ya veníamos trabajando en esto desde hace tiempo y nos agrada mucho ver a otros actores más por esta causa. Ahora debemos avanzar en acciones concretas en este grupo y seguir consolidándolo.” 

La Red BPA genera un intercambio de información, de diálogo institucional y cooperación entre sus miembros con respecto a distintos aspectos de la temática. Desde esta plataforma, la Red persigue como objetivo promover las Buenas Prácticas Agrícolas, además de comunicar a la Sociedad la importancia de su implementación.

Para más información ingrese a:
www.redbpa.org.ar

 
¡A leer las Etiquetas!

Por el Ing. Agr. Federico Elorza,
Coordinador Técnico de CASAFE

El empleo de los productos fitosanitarios juega un papel clave en el desarrollo de los cultivos para preservarlos de diferentes enfermedades, plagas y malezas. Con el objetivo de contribuir a una agricultura productiva y sustentable en el tiempo, es fundamental realizar las aplicaciones siguiendo las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA); una demanda que hoy proviene desde todos los sectores de la sociedad.

Las BPA comienzan en el momento en que el productor está evaluando la posibilidad de realizar un control fitosanitario de su cultivo. Tras un monitoreo exhaustivo y teniendo en cuenta la biología de la adversidad a tratar así como la etapa fenológica en el cual se encuentra el cultivo, se deberá decidir si es recomendable realizarlo. En el caso que se decida realizar la aplicación, tras la recomendación del profesional actuante, el usuario realiza la compra del insumo que necesita.

Un usuario agroresponsable deberá conocer el producto que está aplicando y todas las indicaciones referidas a su uso, por lo cual debe leer detenidamente la etiqueta o marbete del producto. En Argentina existe una disposición legal que obliga a las empresas que producen o importan productos fitosanitarios a comercializarlos con sus etiquetas correspondientes y es responsabilidad del usuario leerlas, saber interpretarlas y respetar las indicaciones.

Las etiquetas de los productos fitosanitarios están divididas en cuatro cuerpos o sectores, en donde se vuelca toda la información que se debe comunicar para poder utilizar estos productos.

En la zona inferior e izquierda de la etiqueta se ubica el CUERPO A, donde se desarrolla toda la información relacionada con precauciones en el manipuleo de los productos; sus recomendaciones para el almacenamiento, primeros auxilios, antídotos y advertencias médicas. Es indispensable leer atentamente esta información ya que nos permite conocer cómo actuar en el caso que ocurra una emergencia o accidente y los teléfonos de los centros toxicológicos donde llamar.

Ubicado en la zona superior izquierda se encuentra el CUERPO B, donde se detallan los datos propios de la formulación; marca comercial, empresa fabricante, composición química del producto, fecha de vencimiento y su número de inscripción en el SENASA. En este cuerpo es muy importante que el usuario verifique al momento de la compra la fecha de vencimiento y el número de inscripción en el SENASA. Esté número garantiza que el producto que se está adquiriendo ha sido habilitado para su venta y ha comprobado ser seguro para su uso y el ambiente bajo las indicaciones de uso.

El CUERPO C se encuentra ubicado del lado derecho de la etiqueta. Aquí se detallan todas las especificaciones técnicas agronómicas relacionadas al uso del producto; entre ellos se mencionan los cultivos para los cuáles fue registrado su uso, dosis y momentos de aplicación, así como tiempo de carencia y de reingreso, este último si fuese necesario.

La decisión de tratar o no un cultivo dependerá de las conclusiones que se deriven a partir del monitoreo, momento del cultivo y afectación de la plaga; sin embargo la forma de aplicación de un producto específico deberá alinearse a lo expresado en la etiqueta.

Es indispensable conocer las dosis de uso, así como los tiempos de reingreso para asegurarse no entrar al lote o cultivo tratado antes de que el producto se haya degradado. Asimismo, el tiempo de carencia (Período mínimo entre una aplicación y el momento de cosecha), garantiza que tras la cosecha del cultivo, los posibles residuos existentes sean mínimos para no generar ningún efecto sobre la salud humana tras su consumo.

Finalmente, existe una última región, el CUERPO D, donde se visualiza la banda de color, la cual representa la Clasificación Toxicológica del producto. Estas están divididas en 4 clases, las cuales son Ia y Ib (extremadamente peligroso y altamente respectivamente) o Banda ROJA, Clase II (moderadamente peligroso) o banda amarilla, Clase III (ligeramente peligroso) o banda azul y Clase IV (normalmente no ofrece peligro), o banda verde.

Aquí también hay una serie de dibujos, llamados pictogramas, los cuales indican los elementos de protección personal (EPP) que se deben utilizar en cada caso, antes, durante y como proceder después de la aplicación.

Todos los productos que se comercializan y que han sido aprobados por el SENASA son seguros para las personas y el ambiente, siempre y cuando se utilicen como se indica en las etiquetas y bajo las Buenas Prácticas Agrícolas.
Por lo tanto, así como cuando tomamos un remedio, recomendado en una receta médica, no lo hacemos sin antes leer las indicaciones cuidadosamente; es muy importante que cada usuario lea e interprete correctamente la información de la etiqueta.

Desde CASAFE promovemos las Buenas Prácticas Agrícolas, construyendo día a día un campo argentino agro responsable.

 

 
 
Foro CropLife 2015, Chile:
Las empresas apuestan al diálogo

El VIII Foro Internacional CropLife Latin América 2015, se realizó en Chile, bajo la consigna “America Latina, Alimentos para el Mundo” y convocó a los máximos representantes de las grandes empresas dedicadas a la producción de fitosanitarios y a las asociaciones que las nuclean, como CASAFE.

Uno de los datos que más llamó la atención de los concurrentes fue la “gran actitud para abrirse al diálogo y trasladar a la comunidad los conceptos sobre sanidad vegetal y biotecnología”.

 

“Más allá de promover las Buenas Prácticas Agrícolas veo en los directivos de estas empresas una gran preocupación por cómo comunicar sobre la posibilidad de producir alimentos de calidad para alimentar a un mundo en crecimiento y ver si América Latina se adapta a esas circunstancias. La comunicación de la industria hacia afuera pareciera ser su Talón de Aquiles”, sostuvo la periodista Lorena Rodríguez, Editora General de la revista Súper Campo, de Buenos Aires, Argentina, una de las invitadas al encuentro internacional. 

EL evento fue organizado por CropLife junto con la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas (AFIPA)FedeFrut (Federación de Empresas Frutícolas), ambas son entidades de Chile.

Rodríguez destacó también la presentación de Sanjaya Rajaran, el investigador hindú que desarrolló más de 480 variedades de trigo y que oportunamente recibió el Premio Mundial de la Alimentación 2014.

En su presentación, Rajaran se refirió a lo que debemos esperar de aquí en adelante y cree que las industrias semilleras “deberán trabajar mucho más en la generación de otros cultivos transgénicos, por ejemplo el arroz, que no tiene una variedad transgénica y que es el más consumido en el mundo, seguido por el trigo”, precisó la periodista.

En relación a la presentación del especialista hindú, la Editora de Súper Campo, evaluó que además de desarrollar nuevas tecnologías en los cultivos, es importante pensar en la adecuación de los países a estas nuevas prácticas y estudiar cómo las homologarán: “Está el caso del arroz dorado que ya existe, tiene vitamina A y hasta podría suplir el déficit de esta Vitamina que tienen algunas poblaciones y sin embargo no está homologado por ciertos países para consumirlo”, argumentó.

“En el Foro se comentó también que se debe trabajar con la conciencia del productor y sobre todo, ver cómo hacer llegar la tecnología al pequeño productor. Y aquí pesa la visión de cada uno, porque hubo periodistas de toda América Latina y todos tienen una visión particular sobre el agricultor.  Lo que más me llamó la atención es la necesidad de buscar un denominador común sobre el agricultor de América Latina, son distintas facetas de una misma persona, porque es muy distinto hacer agricultura en Argentina, que hacerlo en Ecuador, pero las problemáticas son comunes. Pensemos que son pequeños productores que en volumen aportan poco, pero sí son una gran cantidad”, reflexionó la periodista.
 
Frente a este estado de cosas, el gran desafío de la tecnología es cómo hacer llegar al agricultor ese producto, teniendo en cuenta que requiere dinero para hacerlo. Es aquí donde es necesario saber cómo harán las industrias y  si los gobiernos  darán apoyo, o bien pondrán en práctica políticas gubernamentales que contribuyan.

Otro de los aspectos que Rodríguez rescató del VIII Foro de CropLife es el trabajo que se hizo durante 2014 desde Campo Limpio y Cuidagro, los dos pilares sobre los que se trabajó.

Estos proyectos permitieron la recuperación de más de 54.000 toneladas de envases vacíos de fitosanitarios, fomentando el  triple lavado y lavado a presión, perforación y disposición final, además de generar conciencia sobre su manejo. También se  capacitaron en este sentido a más de 204.000 beneficiarios en 18 países de América Latina, tarea que fue financiada por las mismas empresas mediante el aporte de más de 34 millones de dólares para evitar la contaminación ambiental.  

“Cuando escucho a los colegas extranjeros y veo lo que pasa en otros países, me queda la sensación de que en la Argentina se está avanzando bastante y Casafe colabora en este proceso, al ser una Cámara pujante en materia de generación de contenidos. También hace mucho trabajo a campo, incluso fue distinguida con un premio por toda la actividad que desarrolla respecto de las aplicaciones aéreas demostrando que (si se cumplen las Buenas Prácticas Agrícolas, se evitan riesgos de cualquier tipo) si están bien realizadas no hay riesgo de deriva ni sanitario de ningún tipo”, añadió.

La editora destacó también el intercambio de ideas entre periodistas de distintas partes de América Latina: “Me vine con una imagen sobre la realidad de cada país. Hay mucho por hacer en materia de seguridad, de Buenas Prácticas Agrícolas y sobre todo trabajar mucho más sobre la comunicación para poder trascender al sector agropecuario y hablarle a quien no es productor”.

“En esto es importante el rol de las cámaras al hablarle al productor para que haga bien las cosas y realice un uso responsable de los productos. Pero además, el Estado, los medios, las organizaciones, tenemos que ver cómo podemos apoyar la sustentabilidad ya que la población va a seguir creciendo y no se pueden incorporar más hectáreas a la agricultura”.

“Nosotros vamos por la buena senda porque la Siembra Directa es una práctica conservacionista, según destacó Sanjaya Rajaran, cuando dijo que la agricultura tiene que cuidar el agua, hacer un uso conservacionista del suelo y reponer mejor los nutrientes, una deuda pendiente que tenemos”, concluyó.