La comunicación, un pilar estratégico

Por Jorge Parizzia, Presidente de CASAFE

Como durante este mes de septiembre se celebra el Día del Periodista Agropecuario, en esta edición del Boletín de CASAFE nos pareció interesante contar con los testimonios de 4 periodistas representantes del sector. Además de reflexionar sobre el quehacer de la tarea periodística, todos ellos coinciden en que la comunicación es un tema clave para el campo, tanto “hacia adentro” como hacia un público no familiarizado con cuestiones rurales.
  
Desde CASAFE también creemos en la importancia que tiene la comunicación y tal es así que constantemente realizamos acciones relacionadas a la difusión de temas productivos. Por ejemplo, en el marco de la edición 2015 de La Rural organizamos charlas sobre los programas de la Cámara, estuvimos presentes en diversas actividades y también en la entrega de los premios Testimonios del diario Clarín y como jurado en los premios CITA, mientras que los primeros días de agosto participamos del Congreso de AAPRESID en Rosario, Santa Fe.

Además, podemos contar con orgullo que hemos recibido un reconocimiento de la red LinkedIn, que nos destacó como caso de éxito por la campaña de marketing digital que estamos realizando con el objetivo de posicionar a la Cámara como referente en el uso responsable de productos para la protección de cultivos y para concientizar acerca de las buenas prácticas agrícolas. Sobre este tema puntual, en las redes sociales hemos hecho hincapié en que las Buenas Prácticas son una manera de proteger a los cultivos, de garantizar alimentos sanos y de cuidar la propia salud.

Desde CASAFE nuestras prioridades son difundir el trabajo que se realiza en el campo, la importancia de las BPA y fomentar alianzas entre entidades, apuntando siempre a una sinergia entre el sector público y el privado.

 

Periodistas, Agro
y Comunicación


Con motivo de que el 1º de Septiembre se celebra el Día del Periodista Agropecuario, convocamos a cuatro referentes del sector para que nos respondan dos preguntas esenciales: ¿Cuál es el rol del periodista agropecuario?  ¿Qué importancia tiene la comunicación en el agro? A continuación, una reflexión sobre el campo y el oficio de informar.

Basta con escuchar una conversación casual o indagar apenas un poco para confirmar algo que se viene diciendo desde hace tiempo: gran parte de los argentinos sabe muy poco (¡poquísimo!) del campo. Y es bastante ‘lógico’ que esto ocurra especialmente entre los urbanitas, mucho de los cuales nacieron y se criaron en departamentos con escaso o nulo contacto con el mundo natural.

Ante este panorama los periodistas entrevistados para esta nota coinciden muy claramente en algo: que es indispensable informar y captar el interés del público que no está relacionado con la ruralidad. “Es fundamental llegar al lector común, a aquel que no conoce el campo más allá de observarlo cuando sale a la ruta de vacaciones”, puntualiza Roberto Seifert del diario La Nación. “Debemos dar a conocer la mecánica de la actividad, las ventajas económicas que representa para el país y las problemáticas que enfrenta”.

Por su lado, Martín Melo de Radio Mitre se suma a esta reflexión y sube la apuesta: “Dada la gran importancia que tiene la actividad agropecuaria para la Argentina, no tendría que ser solo parte de un suplemento de fin de semana sino que debería ocupar todos los días un espacio de preponderancia en los medios”.

HACIA ADENTRO Y HACIA AFUERA

En este sentido, la tarea del periodista agropecuario tiene -al menos- dos frentes: además de informar a la gente del sector, debe interesar al público masivo para lograr más visibilidad, erradicar prejuicios y encontrar una mayor valoración por parte de la sociedad. Para esto, es esencial informar de forma sencilla pero profunda y amena a la vez. “El periodista agropecuario es un nexo entre la información y el público al que se dirige; es un multiplicador, lo que en la jerga agronómica sería un ‘extensionista’”, reflexiona Susana Merlo, de Radio Colonia. “Esto implica usar un idioma más universal y ‘ganchero’ para que resulte de interés al público general”.  

La forma de comunicar es determinante porque si se escribe o habla en un lenguaje técnico y poco seductor, lo más probable es que el mensaje nunca llegue a aquellos lectores o espectadores que no tienen una relación afectiva, histórica o comercial con la ruralidad. Es más, para muchos el campo es algo tan lejano como lo describe esta frase escuchada en la última edición de La Rural de una mamá a otra, mientras paseaban: “La traje a Martina para que vea animales en vivo y en directo porque la otra vez me preguntó si las vacas existían de verdad o si eran como las sirenas y los unicornios”.

Para que esto no ocurra, el campo tiene que darse a conocer de forma masiva y explicar por qué es importante. En este contexto, para Sergio Persoglia del diario Clarín, la comunicación tiene y tendrá un rol fundamental y considera que recién hoy en día se está tomando conciencia sobre la necesidad de explicar mejor, hacia afuera del agro, cómo trabaja el sector y cómo impacta en la economía: “Esto sirve para que el resto de la sociedad empiece a considerarlo de una forma más relevante y sea un elemento favorable a la hora de ser escuchado por las autoridades o al momento de hacer planteos sectoriales como lo hacen otros actores de la economía”.

La posición tomada está clara: el desafío del campo es dejar de ser noticia solo para la gente del sector y darse a conocer de forma sostenida y para un público masivo. Martín Melo lo resume en pocas palabras: “Hoy el campo es noticia cuando hay una inundación o una sequía, pero muy pocas veces lo es por su aporte para la generación de divisas y de fuentes de trabajo. La tarea de mejorar la comunicación es una tarea de todos: productores, dirigentes, empresarios, periodistas y todos aquellos que forman parte del campo debemos unirnos para definir estrategias que permitan cumplir con el gran objetivo de acercar el campo a la ciudad”.


 

Contra la resistencia

Las malezas de difícil control son hoy el principal problema de la agricultura. Para combatirlas  se realizan rotaciones, cambio de los principios activos de los agroquímicos y otros ajustes en el manejo. Las empresas de fitosanitarios crearon el Comité de Acción de Resistencia a Herbicidas.

Las malezas son las responsables de importantes pérdidas de rendimiento en los cultivos ya que compiten por la luz, el agua y los nutrientes. Diversos estudios indican que el rango de pérdidas va de 20% hasta el 80%, dependiendo del estado fenológico del cultivo y de la cantidad de recursos disponibles en el ambiente. En los últimos años, el problema es la aparición de una gran cantidad de especies capaces de sobrevivir a la aplicación de ciertos principios activos, como ocurre con el capín, rama negra, sorgo de Alepo, raigrás anual, yuyo colorado y nabón, entre otras.


Esta capacidad de respuesta de las malezas se denomina resistencia o tolerancia al herbicida y es un fenómeno que obedece, en parte, a fallas en el manejo del cultivo. Por ejemplo, un yuyo que se vuelve resistente porque se lo combatió con un solo herbicida o grupo, porque la aplicación del agroquímico se realizó con malas condiciones ambientales (con rocío o previo a una lluvia, lo cual provocó una baja absorción del principio activo) o por la repetición de un mismo cultivo año tras año sin alternancia con otras especies (monocultivo).

SU NOMBRE ES MIM

El Manejo Integrado de Malezas (MIM) es una de las principales herramientas para hacer frente al problema y retrasar lo más posible la aparición de resistencias. Esta estrategia se asienta en el uso de diversas técnicas de control, sin depender exclusivamente de alguna de ellas. Las principales prácticas para un correcto MIM son:

> Monitoreo periódico del cultivo.
> Alternancia de herbicidas de diferentes modos de acción.
> Aplicaciones con las condiciones ambientales adecuadas.
> Rotación de cultivos.
> Conocimiento de la biología de la plaga.
> Manejo del cultivo (densidad, fecha de siembra, genética).

Además, conocer la biología de la especie es de vital importancia para identificar los momentos de mayor debilidad y controlarlas eficientemente. Lo esencial es atacar a las malezas en el momento de su emergencia, es decir cuando las plantas son pequeñas, por eso es fundamental el monitoreo constante para identificar las especies ‘problema’, lo que facilitará conocer el banco de semillas presentes en el lote.


Saber la fecha y duración del periodo de germinación ayuda a definir la estrategia de manejo. Por ejemplo, en el caso de especies de germinación ‘concentrada’ es recomendable esperar a que la totalidad de los individuos hayan emergido y luego realizar el control. Para especies de germinación ‘prolongada’ es importante la implementación de un barbecho adecuado, teniendo en cuenta el uso de productos con efecto residual.

REBELDES CON CAUSA

Recientemente las empresas que investigan, desarrollan y fabrican productos fitosanitarios crearon el Comité de Acción de Resistencia a Herbicidas de Argentina (HRAC Argentina). El objetivo es concientizar y capacitar en el manejo integrado y uso responsable de herbicidas (fundamentalmente a través de la rotación de los principios activos) e interactuar con otras instituciones del ámbito estatal y privado para generar un mayor conocimiento de los eventos de resistencia presentes en el país y de las medidas de manejo para controlarlos.
La resistencia llegó para quedarse y el manejo integrado es la principal herramienta con la que se cuenta tanto para controlarlas en el lote como para retrasar la aparición de nuevas especies rebeldes.

 
Desafiando a la tecnología: producir sin agroquímicos

Tanto en los medios masivos como en las conversaciones de café, cada vez más se escucha acerca de las posibilidades de producir de forma orgánica. Es una propuesta muy seductora porque se relaciona con la idea de volver a cómo era la vida “antes”, suponiendo que en el pasado todo era más sencillo y auténtico por no haber tanta tecnología disponible (entre otras cosas). Sin embargo, actualmente, inclusive en las producciones orgánicas - que exceden lo que podría ser una huerta en nuestra casa- usan productos para la protección de cultivos o también conocidos como fitosanitarios de tipo biológico.

Nicolás Skare, además de desempeñarse como aplicador de agroquímicos de forma aérea y terrestre, también es productor agropecuario en la zona de Salto, provincia de Buenos Aires. En esta entrevista nos cuenta su experiencia piloto de producción orgánica desafiando a la tecnología disponible.

 

¿Cómo surgió la idea de abordar una producción sin agroquímicos?
Desde hace tiempo tenemos en nuestra casa una huerta familiar  y un día, a modo de prueba,  quisimos ensayar la experiencia de producir sin ningún tipo de agroquímico…

¿Cuáles fueron los resultados?
La verdad y en pocas palabras, el resultado fue muy malo: comimos poquísimos tomates y tanto la lechuga como la acelga crecieron todas perforadas, ya que las orugas y otras plagas ¡simplemente devoraron nuestra quinta! No hubo forma de pararlas ni de salvar la producción.

¿Pero se acordaron de colocar las plantas que se consideran controladoras de insectos? 
¡Por supuesto! Nosotros queríamos que la experiencia tuviera buenos resultados, así que para que funcionen como repelentes naturales sembramos albahaca, ruda macho y hembra, crisantemos, ajos y cebollas. Hasta colocamos ranas, sapos y utilizamos agua con jabón blanco. Hicimos todo lo que se dice que hay que hacer en estos casos, pero nada dio resultado.

¿Y qué hicieron entonces?
Decidimos volver a sembrar como habíamos hecho hasta el momento y todo volvió a la normalidad, sin problemas. Es decir, retomamos el uso de fungicidas, insecticidas y fertilizantes y logramos una producción como tradicionalmente tuvimos. Por supuesto que respetamos las buenas prácticas en el campo, haciendo un uso responsable de los productos para la protección de cultivos, respetando los tiempos de carencia, y en la mesa, lavando todos los alimentos a conciencia antes de consumirlos.

¿Qué consejos le darías a un productor?
 (Risas) ¡No! Yo no soy nadie para dar consejos… simplemente que pruebe tratando de producir orgánico sin agroquímicos y ya va a ver los resultados.

¿Qué conclusión te dejó esta experiencia?
Con esto que nos pasó a nosotros en nuestra propia huerta, sumado a muchos comentarios de mis vecinos, creo que es fácil de comprobar que no es viable alimentar a la población del Planeta, cada vez más numerosa, sin el apoyo de los agroquímicos. Además, hace años que trabajo como aéreo aplicador y mi experiencia me indica que la clave, como siempre, consiste en respetar las Buenas Prácticas Agrícolas.