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Muchas veces surge la inquietud sobre cuál sería el mejor lugar para realizar el lavado de la pulverizadora o para preparar la mezcla de productos fitosanitarios, ya que en ambas situaciones existe el riesgo que se produzcan derrames y, por ende, contaminación.

Una alternativa que se plantea para el manejo o mitigación de estos riesgos es la utilización de sistemas de biopurificación llamados camas biológicas, también conocidos como “biobeds”, que pueden ser abiertos o cerrados.

Estos sistemas están conformados por biomezclas (material vegetal de alto contenido en lignina), cuyos componentes constituyen un sistema que favorece el crecimiento de microorganismos (hongos de la madera) que degradan o rompen biológicamente la estructura molecular de los fitosanitarios, de modo tal que los remanentes de residuo tengan un bajo o nulo impacto ambiental y permitan la reutilización de la biomezcla como enmienda orgánica.

Muchas son las experiencias de este tipo de tecnología en países europeos y latinoamericanos, pero pocas en Argentina, y sobre todo aplicadas a cultivos extensivos. Existen antecedentes incipientes, como el “Breve Estudio y Evaluación de camas biológicas para la degradación de pesticidas organoclorados y fosforados1 (Convenio de Cooperacion técnica INTI – ISCAMen”), que fue presentado en 2012 en el Primer Workshop Latinoamericano de Lechos Biológicos celebrado en Chile. De dicho estudio se obtuvo como conclusión que “Los fosforados estudiados tuvieron una degradación en un alto porcentaje (> 80 %) y los clorados del 70%, teniendo ambos sustratos, escobajo de uva y chala de maíz como componentes de la biomezcla”.

En la continuidad de la experiencia mencionada, el ingeniero agrónomo Oscar W. Astorga, coordinador del Programa Agroquímicos del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMen) ha llevado adelante en 2014 y 2015, en conjunto con CASAFE y CropLife Latinamerica (CLLA), un trabajo de evaluación del tratamiento de fosforados2.

En ese trabajo se evaluó la capacidad de degradación de altas concentraciones de productos comerciales órganoforados, que fueron decomisados por aplicación del marco legal provincial, como también se analizaron aquellos remanentes de productos que están almacenados a nivel rural.

Se realizaron actividades de control de humedad edáfica, acidez y relación C/N, preparación y estabilización de la biomezcla, contaminación de las camas, muestreos y análisis a distintas profundidades, riegos, recolección y análisis de lixiviados.

Se utilizó una biomezcla compuesta en diversas proporciones porcentuales por material vegetal lignificado (restos de poda de vid y viruta de álamo), tierra y turba. La humedad del sistema se mantuvo con un sistema de riego programable.

El ensayo tuvo una duración de 14 meses. En los primeros 105 días post-contaminación se extrajeron siete muestras, y al cumplirse el año se extrajo una última muestra, para la detección de residuos. A partir de los primeros 30 días post-contaminación, los residuos fueron disminuyendo sin ser detectados o no cuantificados al cumplirse el año.

En general, a partir de los datos disponibles y según condiciones de trabajo, se podría concluir que más de 95% de los residuos se degradó después de un año.

Del total de los residuos detectados, el 85 % se observaron en los primeros 30 días. Luego disminuyeron rápidamente, hasta los 75 DDC, y se encontraron niveles bajos a los 105 DDC. Después de 12 meses, sólo se detectaron centésimas de residuos, en las líneas de 500 y de 1000.

Luego de un año, el nivel de concentraciones detectado en los lixiviados es menor a la concentración inicial, lo que indica que se produjo una degradación.

De esta manera, podemos decir que las Camas Biológicas o Sistemas de biopurificación, son herramientas válidas y eficaces para el tratamiento de las contaminaciones puntuales, para el tratamiento de aguas de lavado y de productos obsoletos. Por diversas adaptaciones, y en este caso particular, se pudo generar un sistema de biopurificación, siendo éstos los que tratan el agua contaminada con remanentes de fitosanitarios y los degradan mediante microorganismos presentes en determinados sustratos vegetales.

Es evidente que se requiere aún que se continúe con la investigación respecto de varios factores para que una cama biológica sea eficiente y que, a su vez, no genere contaminación ambiental. Entre estos puntos está el tamaño adecuado para una pulverizadora autopropulsada de gran volumen, el tipo de sustrato a utilizar y la utilización de otros tipos de productos y concentraciones, además de la predisposición del productor para generar sectores de carga específicos en el campo para evitar zonas contaminadas.

Es importante destacar que mientras los productos fitosanitarios se apliquen de manera correcta y se respeten las dosis que indican las etiquetas, no generarán ningún tipo de riesgo para la salud de las personas y el ambiente. Sin embargo, en condiciones donde se manejan altas cantidades de productos concentrados, o al momento de lavado de la maquinaria, o en el instante de preparación de la mezcla, la utilización de camas biológicas constituye una herramienta sencilla y fácil de implementar a nivel rural y que permite asegurar el correcto manejo de los excedentes de mezcla o lavado y minimiza los riesgos de su manipulación.

 

1. Buljan, María Eugenia (INTI) y Astorga, Oscar W. (ISCAMen). Mayo 2012. Breve Estudio y Evaluación de camas biológicas para la degradación de pesticidas organoclorados y fosforados. (Convenio de Cooperación técnica INTI – ISCAMen). 1º Workshop Latinoamericano: Lechos Biológicos para minimizar la contaminación de pesticidas. Universidad de La Frontera, Pucón, Chile.

2. Ing. Agr. Oscar W. Astorga (ISCAMen). Octubre 2015. ENSAYO PILOTO: SISTEMA DE BIOPURIFICACION PARA EL TRATAMIENTO DE FOSFORADOS REMANENTES Y DECOMISADOS SEGÚN NORMATIVA PROVINCIAL. ISCAMEN, CASAFE, CropLife Latinamérica. Ensayo no publicado aún.