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Ing. Agr. Pablo "Patuco" Méndez

Coordinador Buenos Aires y La Pampa de Casafe

En las últimas semanas escuchamos hablar mucho sobre la problemática del tomate rugoso en los cordones hortícolas. Pero ¿de qué se trata? El síndrome del tomate rugoso es una enfermedad causada por la infección de varios virus: el Virus Rugoso del Tomate (ToBRFV) y otros virus relacionados. Se propaga rápidamente y se caracteriza por producir rugosidad en los frutos, manchas marrones en las hojas y un enanismo generalizado en las plantas de tomate. Estos síntomas pueden afectar la calidad y la cantidad de la cosecha, generando pérdidas económicas significativas para los agricultores.

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Recientemente, a causa de la aparición de esta enfermedad, el SENASA publicó la Resolución 569/2023, que busca contener y erradicar los focos de ToBRFV que eventualmente se detecten. También intenta evitar su establecimiento y dispersión, y poner en conocimiento de la situación a quienes producen y a la sociedad en general. La norma también establece la denuncia obligatoria de síntomas sospechosos de la enfermedad.

Frente a esta adversidad aportamos algunas recomendaciones en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), que ayudan a prevenir la propagación del Virus del Rugoso del Tomate.

En primer lugar, es importante utilizar semillas certificadas y libres de virus. De esta manera garantizamos la salud de las plantas desde el inicio de su implantación. Las semillas certificadas han sido sometidas a pruebas rigurosas para detectar la presencia de virus, incluido el ToBRFV.

También es fundamental mantener una estricta higiene en el cultivo de tomates. Se recomienda desinfectar regularmente herramientas, equipos y superficies de trabajo para evitar la transmisión del virus.

Una recomendación esencial es el monitoreo constante de las plantas. Esto permite la detección temprana de la infección. Si se sospecha de la presencia del virus, se debe notificar de inmediato a las autoridades sanitarias correspondientes para recibir orientación y apoyo. Y eventualmente tomar las decisiones para su control. En la misma línea, podremos reconocer si hay presencia de insectos vectores. Algunos insectos, como los trips, pueden transmitir el Virus del Rugoso del Tomate de una planta a otra. Por lo que una BPA sería implementar medidas de control de insectos, como el uso de insecticidas específicos y trampas, que ayuden a reducir la propagación del virus.

En caso de detectar plantas con síntomas del Virus del Rugoso del Tomate, es importante actuar de inmediato. Se recomienda incinerar las plantas infectadas para eliminarlas de manera segura para evitar la propagación del virus a otras plantas sanas. Es muy importante no compostar ni desechar las plantas infectadas en lugares donde puedan entrar en contacto con otros cultivos.

La prevención del Virus del Rugoso del Tomate requiere una combinación de medidas, incluyendo prácticas de cultivo adecuadas y la colaboración entre agricultores, investigadores y autoridades sanitarias. De la misma manera, la difusión de información sobre el virus y las formas de prevenirlo es esencial para proteger la producción de tomates y asegurar la disponibilidad de alimentos saludables.