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FERNANDO LANGONI, TÉCNICO DE CASAFE EN TRES ARROYOS

Fernando Langoni toma con mucha naturalidad la transmisión de conocimientos. Como todo buen ingeniero agrónomo, está acostumbrado a enseñar los rudimentos de su profesión a estudiantes universitarios, a colegas, a productores agrícolas, e incluso a estudiantes secundarios que asisten a escuelas agrotécnicas.

Pero este asesor de CASAFE, nacido en La Plata y vecino de Tres Arroyos, vive una experiencia mucho más gratificante, según su propia definición: comparte los conceptos básicos de la producción rural con chicos de diez a doce años.

Langoni se da este gusto tan personal en las jornadas de narración que CASAFE organiza, junto con Rizobacter, para acercar información a los chicos en escuelas de ciudades rurales. Las dos últimas se hicieron el 11 y el 12 de julio pasados. Casi medio millar de pibes recibieron, en seis establecimientos educativos de Pergamino y alrededores, a tres narradoras profesionales que se dedicaron a contar historias vinculadas al campo y a las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), mientras que Fernando se concentró en aclarar todos los aspectos técnicos que surgieron de las charlas.

Hubo ya un antecedente exitoso de esta original actividad: el año pasado se hicieron jornadas similares en los pagos chicos de La Dulce y Juan N. Fernández, también en territorio bonaerense.

“La idea de las jornadas de narración es acercar a chicos de primaria información básica sobre la producción del campo. Destacamos además todos los aspectos que cualquier productor rural debe considerar para trabajar en forma segura, la importancia de emplear equipos de protección personal, el manejo de envases vacíos de productos fitosanitarios y cualquier información que pueda ser de utilidad sobre la producción agropecuaria”, relata el agrónomo.

Precisamente por revelar estos aspectos de la agro-producción, las charlas se concentran en localidades próximas al ámbito rural. Según Fernando, en las charlas las narraciones hacen hincapié, ante todo, en la importancia de producir alimentos. “Esto genera en los chicos un sentido de pertenencia muy especial, cuando advierten que viven en una región que tiene ese perfil productivo. En las jornadas narrativas, los chicos se enorgullecen de lo que produce el campo, y aprenden a cuidarlo”, se alegra.

A los chicos de Pergamino, por ejemplo, las narradoras les contaron que el maíz que se cultiva en la zona no es sólo un grano que se vende al mundo como producto primario, sino la base de muchas industrias como la del plástico o la de biocombustibles, y además de variadas producciones alimentarias, como la ganadería, la lechería, la industria aceitera, etcétera. “Los alumnos llegan a dimensionar cómo los cultivos agrícolas inciden en los productos que ellos consumen en forma cotidiana, y esa información los sorprende mucho y los motiva”, agrega.

El otro objetivo fundamental de las narraciones es destacar la importancia de cuidar (y de cuidarse) cuando se realiza una producción. Dice Langoni: “A través de la narración de un cuento, en el que los chicos interactúan con las narradoras, les hacemos la presentación de las BPA en general”. El ida y vuelta con los pibes que surge al final de cada narración les permite reflexionar no sólo en la importancia de las producciones locales, sino también sobre el cuidado del medio ambiente y concluir que es necesario hacer las cosas bien, si pretendemos seguir haciéndolas en el futuro.

El disparador de las narraciones es una historieta que CASAFE desarrolló para difundir las BPA entre los niños, que cuenta la historia de Mati, un niño de ciudad que visita a sus abuelos del campo, y vive aventuras con su perro Rufo mientras conoce las actividades características del agro y cómo “los abus” le enseñan a cuidarse y ser precavido con ellas.

“A los chicos les llama mucho la atención el tema del destino final de los envases vacíos, el triple lavado y lavado a presión y el reciclado del plástico para otros usos. Básicamente, la Red BPA, de la cual CASAFE forma parte, tiene una frase de cabecera, que dice: ‘El campo hace bien’. Sobre todo, cuando hablamos de producir alimentos. Esa idea les queda muy clara a los alumnos“, afirma Fernando.

El hombre de CASAFE en Tres Arroyos brinda finalmente una definición contundente sobre estas jornadas narrativas: “Reivindican la unidad, se dirigen a tender puentes. Nos reciben con igual cariño y apertura en escuelas públicas y privadas, ricas y pobres. En las narraciones se valora todo lo que el campo genera y se destacan la responsabilidad, el cuidado del medio ambiente, las BPA. Pero más que nada, se enseñan todos los aportes que el campo hace a la sociedad. Y esto nos brinda una enorme satisfacción”. Todo dicho.