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IX Foro de CropLife América Latina

Los 250 participantes del IX Foro de CropLife América Latina lo saben muy bien. La jornada que se llevó a cabo el 12 de abril de 2016 en Buenos Aires imprimió a fuego en mentes y corazones dos ideas centrales: Que nuestra región está llamada a liderar el proceso de provisión mundial de alimentos, y que la sustentabilidad es una condición indispensable para lograr ese ambicioso objetivo.

Toda la industria de la ciencia del cultivo de la región se dio cita en el Hotel Hilton porteño, para intercambiar y debatir conceptos y experiencias en el desarrollo y la sustentabilidad de su agricultura. En su novena edición, el Foro CropLife Latin America contó con el apoyo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), entidad argentina que ofició de anfitrión local para los representantes de las nueve compañías de Investigación y Desarrollo y de la red de asociaciones en dieciocho países de América Latina que integran esta importante organización gremial internacional.

El flamante presidente de CASAFE, Gustavo Portis, abrió el foro con una fraternal bienvenida a sus colegas de todo el continente. Fijó una vara muy alta para la Argentina y para la región en los años por venir: tras considerar a los países de Latinoamérica como actores protagónicos en la evolución de la producción alimentaria, destacó el desafío de producir los niveles de comida que se requieren para alimentar a los 9 mil millones de habitantes que tendrá el mundo en el año 2050. «Si pensamos que necesitaremos consumir dos planetas y medio, y sabemos que sólo contamos con uno, pues esa es la relevancia que otorgamos al sector agrícola», sostuvo.

¿Desde qué lugar se sostiene tamaña expectativa? Sólo por citar algunos datos, podemos decir que América Latina tiene entre el 26 y 36 por ciento de la tierra cultivable y disponible en el mundo, que cuenta con un tercio del agua dulce de todo el planeta, y que ya genera entre el 11 y 16 por ciento de toda la producción alimentaria del mundo. Imposible pensar en un mundo sin hambre sin mirar hacia nuestra región.

El representante del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Secretario de Agricultura Ricardo Negri, agregó que el compromiso no solo incluye un crecimiento exponencial de las futuras cosechas, sino también la necesidad de agregar valor, pasar de vínculos transaccionales a vínculos relacionales, y la tan ansiada inserción de la Argentina en el mundo, todos objetivos centrales de la actual administración para esta estratégica área de la vida social y económica del país.

“Es fundamental que las innovaciones que se alcanzan en distintas partes del mundo, sean compartidas con la industria para generar igualdad de conocimiento, y que las diferentes prácticas puedan ser adaptadas a la realidad de cada país”. José Perdomo, presidente de CropLife Latin América, destacó así una idea que después acompañaron el resto de los expositores: La importancia de la ciencia y de la tecnología, tanto a la hora de hacer frente a los cambios climáticos, como ante el imperativo de producir conocimientos en diversos campos adaptables a las necesidades locales, en el derrotero hacia la innovación.

Los casos presentados en el Foro mostraron ese camino de búsqueda creativa de la excelencia, con especial énfasis en la sustentabilidad. Entre las experiencias implementadas en diferentes países de la región, se destacó la de Leticia Pizzul, del Instituto Sueco de Ingeniería Agrícola y Ambiental, quien en su ponencia se refirió a los sistemas de camas biológicas para la protección del suelo y del agua, una práctica que se encuentra en desarrollo y que fue adaptada en distintas partes del mundo, ya que comprobó su éxito tras reducir en un 90 por ciento el contenido de plaguicidas en el agua.

Por su parte la directora general de Recursos Renovables del Ministerio de Agricultura de Uruguay, Mariana Hill, describió la política de suelos diseñada y aplicada en la nación hermana, que fue pionera en el mundo y cuya función es velar por la mitigación y protección del suelo como un recurso no renovable, teniendo en cuenta que un centímetro de suelo puede tardar de 100 a 1000 años en formarse.

Finalmente Ramiro Costa, coordinador de la Red de Buenas Prácticas Agrícolas en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, destacó el trabajo conjunto con el sector público y el diálogo interinstitucional, y señaló que las BPA “son un instrumento estratégico para atender el desafío de generar más alimentos de manera sustentable». Una idea que sobrevoló la conciencia colectiva a lo largo de todo el foro, y seguramente seguirá resonando.