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El mundo de la información y sus tecnologías venían cambiando vertiginosamente, mucho antes que llegara el Covid-19. La pandemia aceleró los tiempos y la “nueva normalidad” ya está entre nosotros, con un futuro incierto y mutante. En este contexto, los mensajes del agro tienen el doble desafío de adaptarse al nuevo escenario, pero también de resolver déficits pendientes, especialmente en su llegada a los públicos masivos urbanos. Con ese espíritu trabajó Casafe en 2020 y ya mira el 2021 que llega.

La comunicación, una actividad en plena y cada vez más vertiginosa transformación. Las TICs, que permanentemente aportan nuevos medios y herramientas, plantean un desafío tanto para los profesionales del rubro, que deben actualizarse para conocerlas y utilizarlas responsablemente, como para las instituciones. Ellas también deben adaptar sus contenidos a los nuevos canales de comunicación -redes sociales mediante- haciendo honor a aquella antigua, pero cada vez más vigente frase que confirma que “lo único permanente es el cambio”.

Si bien esto ya era así antes de declararse la pandemia del Covid-19 en marzo pasado, la circunstancia sanitaria global aceleró aún más los tiempos en el uso de TICs que ya existían y que se utilizaban relativamente, según el rango etario. Pronto, una gran mayoría de los ciudadanos debió comenzar a usarlas, inexorablemente, por razones laborales, personales y hasta afectivas, que hicieron aún más virtuales sus vidas.

Ahora bien, ¿cómo influyó este cambio en la actividad agroalimentaria? Seguramente de manera similar que en otros sectores. Aunque no debiera perderse de vista que, al menos en la Argentina, el desafío constante de comunicar es doble para el rubro que nos ocupa. Por un lado, porque tiene por delante superar sus dificultades en innovar en el mensaje a su propio público, el de tranqueras adentro, con las nuevas herramientas tecnológicas. Y por otro, porque debe reducir el déficit crónico en su llegada a los mayoritarios públicos generales urbanos.

En este sentido es necesario innovar y pensar «fuera de la caja» para adaptarse a las demandas de la sociedad y llegarle de manera impactante y cercana. Casafe tiene entre sus objetivos principales, comunicar y promover las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) dentro y fuera de la actividad y a través de diferentes canales. Por eso, en este particular 2020, se realizaron distintas acciones para mostrar todo lo que hay detrás de los alimentos, que son muchos quienes trabajan por y para una agricultura cada vez más sustentable, cada uno desde su rol en la cadena agroalimentaria y agroindustrial, adaptándose e innovando para generar un mayor impacto entre todos los públicos.
 

#Argentina sigue 

Con este hashtag, Casafe comenzó su actividad comunicativa del año. A través de un video difundido en redes sociales, se destacó, en la fase más dura del aislamiento social preventivo y obligatorio, la invalorable labor de los trabajadores de la salud y de las fuerzas de seguridad; del transporte público urbano, de a distribución de alimentos y de recolección de residuos; de los medios de comunicación y de los voluntarios que ayudaron a personas mayores y discapacitadas; de los docentes y alumnos que enseñaron y aprendieron a distancia; de los comerciantes y de los trabajadores agropecuarios, que con esfuerzo y responsabilidad aseguraron la producción y garantizaron el abastecimiento; así como la actitud de los ciudadanos que responsablemente se quedaron en sus casas.

Además, y también por redes sociales, Casafe difundió videos especiales con testimonios de distintos actores de la cadena agroalimentaria con motivo de: el Día de la Agricultura y del Productor Agropecuario, el 8 de septiembre; el Día del Periodista Agropecuario, el 1° del mismo mes; el Día del Ingeniero Agrónomo, el 6 de agosto, y el Día del Padre, el 21 de junio, entre otros referidos a las BPA y la necesidad de que la actividad agroalimentaria siguiera en marcha.

Al respecto, adecuó sus comunicaciones al público agropecuario que tenía que seguir trabajando, dando a conocer los protocolos de seguridad correspondientes y las BPA necesarias para realizar las distintas tareas agrícolas. Así, con estas nuevas formas de comunicar, Casafe intentó modificar su estrategia de comunicación adaptándola a las necesidades y demandas de la sociedad.

En síntesis, podría decirse que Casafe está seguro que así como es necesario producir mejor y distinto, del mismo modo hace falta comunicar: con pasión, curiosidad, capacidad de trabajo en equipo y generando empatía tanto hacia los productores, como hacia la comunidad toda. De esta manera, se podrá llegar a cada público con el mensaje correcto y eficaz, que satisfaga la necesidad de información técnica y también básica sobre cómo se producen los alimentos que llegan a la mesa de los argentinos y los que el país exporta.