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La nueva Ley de Fitosanitarios abre un nuevo camino de sustentabilidad en el agro argentino

Finalmente, la Argentina tiene su propia Ley de Envases Fitosanitarios. En septiembre y por abrumadora mayoría, el Congreso de la Nación sancionó la nueva norma, que ofrece un marco sustentable para el manejo de los recipientes. Tanto el proyecto original, que fue girado al Poder Legislativo por el Ministerio de Agricultura de La Nación, como la norma aprobada en ambas cámaras con cambios posteriores, contienen aportes de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes.

¿Por qué es importante contar con este instrumento? Porque muchas conductas sociales se han modificado a partir de la entrada en vigencia de nuevas leyes. La cuestión acerca del destino que se brinda a los envases de productos fitosanitarios es una antigua preocupación de la industria y ha sido largamente objeto de estudio y de sucesivas campañas de concientización por parte de CASAFE.

El tema del manejo de envases nos involucra a todos. Más, en un país en el que se utilizan 17 millones de envases de productos fitosanitarios al año, 60 por ciento de los cuales son de 20 litros. En otros términos, hablamos de 13 mil toneladas de plástico que necesitan encontrar una disposición final sustentable.

La industria tiene un rol primordial en este proceso, pero el tema interpela a todos los eslabones de la cadena: Si tomamos en cuenta que se recoge apenas una tercera parte de los envases (unas 4.500 toneladas) a través del programa voluntario AgroLimpio que desarrolló CASAFE, la aprobación de esta ley es oportuna y más que bienvenida.

En principio, se fija un régimen especial de tratamiento de envases, basado en el triple lavado o lavado a presión de los recipientes, que luego se deben reunir y clasificar en centros de acopio transitorios. El productor deberá separar los envases triple lavados o lavados a presión de aquellos a los que no se les pueda aplicar ese procedimiento.

Esta posibilidad de recuperar envases es importante no sólo desde el punto de vista económico, sino desde la perspectiva ambiental: el triple lavado es una operación clave para ahorrar recursos y para evitar mayores niveles de contaminación.

La Ley de Envases Fitosanitarios establece también la obligación de las empresas fabricantes, con la colaboración del resto de la cadena, de hacerse cargo del destino final de los recipientes que contienen los productos que comercializan, como parte de su responsabilidad extendida en la materia. Así, deberán implementar sistemas de recolección y lugares de destino final.

En este sentido, el invalorable aporte de la Fundación CampoLimpio –una entidad importante, ya que será la ejecutora de la recuperación de envases, de la construcción de centros de acopio y del asesoramiento integral a los productores en esta problemática- permitirá a todos los actores de la cadena productiva, como productores, distribuidores de fitosanitarios, etcétera, articular esfuerzos para dar sustentabilidad a la disposición final de los envases.

La nueva ley honra los esfuerzos que CASAFE viene realizando en materia de concientización sobre la problemática del manejo responsable de los envases fitosanitarios, tanto desde su trabajo con la Red de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), como también desde programas específicos como Agrolimpio, una iniciativa de responsabilidad social y ambiental destinada a crear conciencia y brindar ideas para sistematizar la recolección y transformación de envases vacíos de plástico rígido mediante el triple lavado, para su reciclado e inutilización posterior, mediante la norma IRAM 12.069.

Aunque pueda sonar a frase común, realmente esto recién empieza. La Ley de Envases Fitosanitarios abre un nuevo camino hacia un agro más responsable y sostenible. La vigencia del llamado “Principio de Responsabilidad Extendida del Productor” (REP), compromete a todos los eslabones de la cadena productiva. Son excelentes noticias, que redundarán en beneficio de todos.