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Ante la aparición de enfermedades provocadas por la picadura de mosquito, en esta nota proponemos estar atentos e informados… ¡pero no desesperados!

Una mamá duda en ir o no ir a la plaza “por el tema de los mosquitos”; otra no sabe si ir a una pileta por el mismo motivo y un papá vacila ante la idea de dejar a su nene ir a un picnic. Lo de las enfermedades causadas por picaduras se puede transformar en todo un dolor de cabeza y en un miedo limitante si uno no está bien informado; es por eso que los pediatras (y médicos en general) ya recitan de memoria cosas como no “bañar” a los chicos con repelentes sino ser juiciosos en la cantidad y en el horario donde se colocan, dado que los mosquitos pican más a la mañana temprano y al atardecer.

El ya “famoso” mosquito Aedes aegypti es el transmisor del dengue, la chikungunya y la zika… pero es posible combatir su presencia con insecticidas; la clave, al igual que con los fitosanitarios, es usarlos de forma responsable. “Los insecticidas que se utilizan en este caso se dividen en dos grandes grupos”, explica el ingeniero agrónomo Juan Carlos Sedran. “Los que se aplican en los domicilios y son de venta libre, y los usados en áreas externas (calles, avenidas, plazas, parques) de uso profesional o a cargo de empresas aplicadoras; ambos son habilitados por organismos nacionales como ANMAT y SENASA, que garantizan su calidad e inocuidad para la salud”.

Campo y ciudad
Los plaguicidas de uso domiciliario comparten con los agroquímicos la clasificación toxicológica determinada por la OMS y, en términos generales, contienen los mismos principios activos. Eso sí: la ley prohíbe el uso de fitosanitarios para el control de plagas domésticas o urbanas.

El especialista remarca que es importante encarar un manejo integrado de mosquitos, donde se destacan acciones ya conocidas como evitar aguas estancadas dentro y fuera de las viviendas, eliminar recipientes con agua y reparar tanques, canaletas y canillas en mal estado. “Es de mucha ayuda también mantener patios y jardines desmalezados y libres de objetos donde pueda acumularse agua o en todo caso taparlos”, explica. “En los bebederos de animales hay que cambiar frecuentemente el agua y limpiar las paredes del recipiente con un cepillo”.

Plan de acción
En todo el país se están desarrollando tareas de fumigación y para lograr que el trabajo se realice de manera adecuada y eficaz, se recomienda mantener abiertas las puertas y ventanas de las viviendas para que entre la ´nube de pulverización´. “Las fumigaciones espaciales no requieren el ingreso de los agentes sanitarios a las viviendas sino que se pulveriza con vehículos desde la calle”, describe el ingeniero Sedran. “Distinto es cuando se realizan controles focales ante cada caso sospechoso, dado que entonces los agentes sanitarios hacen una visita al hogar donde se registró el caso y a las viviendas circundantes en las que verifican si hay mosquitos y potenciales criaderos de larvas”.

Como resumen, queda claro que las fumigaciones son una medida complementaria para combatir los mosquitos y que lo fundamental es la colaboración de la población eliminando objetos que puedan acumular agua. Estas pequeñas acciones sumadas al uso a conciencia de los insecticidas nos permitirán llevar a cabo nuestra vida con normalidad y no perdernos de las actividades al aire libre que tan bien hacen al cuerpo y a la mente.

 

Efectividad y aplicación correcta


Todo producto químico debe utilizarse con extrema responsabilidad, para lo cual es fundamental:

> Leer íntegramente la etiqueta antes de utilizar el producto.
> Retirar a las personas y animales domésticos antes de iniciar las aplicaciones.
> Lavarse bien las manos después de la aplicación.
> Almacenar los envases y cajas con insecticidas fuera del alcance de los niños u otras personas.
> No permanecer en los ambientes tratados si no hay ventilación.
> No aplicar sobre alimentos o utensilios.
> Ante cualquier inconveniente, dar aviso a algún centro de salud.