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El 7 de julio pasado fue el Día Nacional de la Conservación del Suelo. Y esta fecha toma transcendencia porque el suelo es sin dudas el sostén de todas las actividades relacionadas al agro. Por eso, se viene poniendo foco desde hace tiempo en producir de forma más sustentable para la conservación del «corazón de la agricultura». En este sentido, la tecnología juega un rol preponderante para mejorar las condiciones físicas y químicas del mismo.

Sofía Gayo es analista agrícola del Departamento de Investigación y Prospectiva Tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y es integrante de Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) que detalla el uso de las tecnologías campaña tras campaña y cultivo por cultivo desde el 2011.
Plantea que, si bien creció el uso de tecnología por parte de los productores, tanto de insumos como de procesos, aún tenemos mucho recorrido para cuidar y mejorar los suelos en la Argentina.

 

¿Cuál es la situación actual de la condición de los suelos?


Según un relevamiento que hizo Fertilizar Asociación Civil junto con el INTA, se alertó que se viene acentuando la degradación del suelo. El mapa que realizaron en suelos prístinos (antes que se modifiquen), luego en 2011 y por último, en 2018, mostró que hubo una degradación del suelo. Disminuyó la cantidad de materia orgánica (entre 30% a 50%) y hay regiones que comenzaron a presentar respuestas a determinados nutrientes, sobre todo en fósforo.

 

¿Qué tecnologías influyen directamente para la conservación del suelo?


La implementación de la Siembra Directa, el análisis de suelo, la fertilización y la implantación de cultivos de cobertura son fundamentales para mantener la condición de los suelos. Un dato interesante es que en Argentina el 93% de la superficie implantada con cultivos se hace con Siembra Directa mientas que en otros países, como Brasil o Estados Unidos, no está tan desarrollada.

 

¿Hay conciencia entre los productores sobre esta problemática?


Los productores tienen la conciencia, algunos trabajan para mejorar eso y otros no. Los que hacen las cosas bien buscan incorporar tecnologías que le permitan mejorar sus manejos técnicos. Se ve en la fertilización, aunque podría mejorar mucho más, se ve en la implementación de cultivos de cobertura que muestra una tendencia creciente en los últimos años. También se ve en las rotaciones donde ganaron espacio las gramíneas. Cuatro campañas atrás el 70% era de oleaginosas y el 30% de gramíneas. Hoy el área de gramínea llega al 40% porque el maíz y el trigo ganaron terreno y cayó la superficie de soja.

En términos generales en la última medición cerrada fue que el 54% del área se produjo con niveles medios de tecnología. En general se va recuperando el segmento de alta tecnología, que en la última campaña llegó al 36%. 
Se pasó de un planteo defensivo donde se redujeron los costos y se afinaron los números porque la ecuación no cerraba a planteos con mayores inversiones.

 

¿Alcanza con esto?


El tema pasa por una cuestión de adopción de esas herramientas, es decir, de que sea mayor el número de productores que las implementen. Y creo que no es responsabilidad única de los productores la conservación de los suelos. Toda la cadena debe trabajar en este sentido, donde cada eslabón aporte desde su rol. Por ejemplo, la producción de granos fue creciendo desde el 2010 hasta la actualidad pero el uso de fertilizantes no subió de la misma manera. Ahora, estamos en los mismos niveles de aquel año más allá que el consumo de fertilizantes creció desde el 2015 a la presente campaña.

 

¿Cuál es la importancia de las Buenas Prácticas Agrícolas para una producción sustentable?


Muy importantes, tanto que hay una red nacional de buenas prácticas agropecuarias, en la que muchas entidades vienen trabajando con un objetivo en común que es hacer las cosas bien, y demostrarlas. Trabajan por la sustentabilidad de los sistemas de forma integrada. La sustentabilidad está contemplada dentro de las BPA, Quién utilice BPA está haciendo las cosas bien, está haciendo uso de los recursos de manera responsable.

 

¿Cuál es el principal desafío que tiene la agricultura con respecto al uso de tecnología?


El desafío es cuidar las tecnologías, dándoles el buen uso que requieren. Es importante difundirlas y educar en ese sentido, el mal uso puede sumar más problemas también. Tenemos las herramientas, tenemos que implementarlas.