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EDITORIAL

La mudanza de tiempos históricos se hace más que evidente. Todo cambia vertiginosamente a nuestro alrededor. En la Argentina se habla de producir más, de integrarnos al desafío global de satisfacer el hambre de una cantidad creciente de habitantes, con la misma superficie cultivable, pero a la vez cuidando el medio ambiente. Una nueva dirección en las políticas nacionales nos convoca a multiplicar nuestras cosechas, a agregar valor a nuestro trabajo, a erradicar el hambre de nuestro país, a llegar con nuestros alimentos hasta los confines mismos de la Tierra.

En nuestra casa chica, una nueva administración al frente de CASAFE deberá navegar esta transición productiva, histórica y social. Le tocará liderar el desafío al ingeniero agrónomo Gustavo Portis, quien fue designado presidente de la entidad.

Este santafecino oriundo de Armstrong, director del negocio Agrícola de la empresa alemana Basf, tendrá a su cargo una gestión que le impone continuar trabajando fuertemente en la promoción de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), el uso responsable de los productos para la protección de cultivos y desarrollar con el mismo compromiso los programas de responsabilidad social, Depósito Ok, AgroLimpio y Capacitaciones de la entidad.

En nuestra casa grande, el IX Foro CropLife Latin America, que se desarrolló en el Hotel Hilton de Buenos Aires el pasado 12 de abril, con presencia de más de 250 representantes de la industria de la ciencia de cultivo de la región, puso en relieve el lugar de protagonismo que ocupará la Argentina en el proceso de desarrollo productivo de la agricultura y en la agroindustria continental en los años por venir, con un fuerte compromiso de sustentabilidad ambiental directamente ligado a la adopción de rigurosos programas de BPA.  

Durante esta jornada histórica se presentaron varios casos de producción sustentables, entre los que se destacaron, además de las BPA, las experiencias de manejo del suelo en el Uruguay y de camas biológicas de Suecia, muy inspiradores a la hora de demostrar que es posible proteger los recursos sin perder productividad.

En este mismo newsletter, el lector encontrará un interesante artículo de nuestra propia elaboración referido, precisamente, a la puesta en práctica de las camas biológicas, para proteger a la tierra antes de ser afectada por plaguicidas.

Como corolario de una nueva etapa de relacionamiento sano entre el sector privado y el Estado, y frente a la necesidad de enseñar a nuestra gente a producir cada vez más y mejor en forma sustentable, el 16 de marzo pasado realizamos una jornada de demostración de aplicaciones en Avellaneda, Santa Fe. En el evento, que marcó la continuidad de la sinergia público privada, hubo aproximadamente 180 personas, incluyendo autoridades y periodistas. Los resultados de la aplicación fueron 10 metros en la terrestre y 40 en la aérea, con un viento de 8 km/h y ráfagas de 14 km/h, temperatura de 32 °C y HR de 56 por ciento.

Fue una experiencia enriquecedora para todos. Una forma simple -pero contundente- de embarcarnos en una nueva etapa de cambios muy positivos.